DesplazamientoONU

Crisis en Sudán en punto de quiebre

Crisis en Sudán en punto de quiebre, advierte la OIM, mientras la hambruna y las inundaciones vienen a agregarse al desplazamiento masivo

Crisis en Sudán

Puerto Sudán – La situación humanitaria en Sudán se encuentra en un “catastrófico punto de quiebre” de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).    

La cruda advertencia dentro de la Crisis en Sudán, viene a agregarse al catálogo de desafíos que deben enfrentar millones de personas que están luchando contra la mayor crisis de desplazamiento del mundo tras 16 meses de brutal conflicto.  

La semana pasada, la Clasificación de la Fase de Seguridad Alimentaria Integrada (IPC) del Comité de Revisión de la Hambruna (FRC) emitió un reporte sobre las condiciones de la hambruna en el campamento de Zamzam cerca de la ciudad de Al Fasher en North Darfur – que alberga medio millón de personas desplazadas. El campamento está siendo testigo de extrema escasez de alimentos, la cual deriva en alarmantes tasas de mal nutrición y muerte. La Crisis en Sudán, afecta a todas las personas desplazadas internamente dentro de Sudán (97%) se encuentran en localidades con severos niveles de inseguridad alimentaria e incluso en peores situaciones.  

Crisis en Sudán
© UNHCR

Nuevas cifras demuestran que el desplazamiento sigue en aumento, con más de 10,7 millones de personas buscando seguridad en el país, muchas habiendo sido desplazadas dos veces o más. Los enfrentamientos tan sólo en el Estado de Sennar desplazaron a más 700.000 personas el mes pasado, de las cuales un 63% habían sido originalmente desplazadas desde otros estados, la mayor parte de ellas desde Jartum. 

La situación se agrava aún más dentro de la Crisis en Sudán por las masivas inundaciones que han desplazado a más de 20.000 personas desde junio a lo largo de 11 estados de los 18 que hay en Sudán. Hay infraestructura crítica que quedó devastada impidiendo aún más la entrega de asistencia humanitaria vital.  

«No debemos equivocarnos, estas condiciones persistirán y se agravarán si el conflicto y las restricciones al acceso humanitario continúan”, dijo Othman Belbeisi, Director Regional de la OIM para Medio Oriente y el Norte de África».  

“Sin una respuesta inmediata, integral y coordinada corremos el riesgo de ser testigos de cientos de miles de muertes que podrían evitarse en los próximos meses. Estamos en un punto de quiebre, catastrófico y cataclísmico».  

Las condiciones humanitarias y de protección en Sudán se encuentran entre las peores del mundo. El actual conflicto ha acesarvado la Crisis en Sudán la cual se caracteriza por los niveles dramáticos de violaciones a los derechos, blancos étnicos, masacres de poblaciones civiles y violencia basada en género.  

Se estima que en los próximos tres meses 25,6 millones de personas enfrentarán inseguridad alimentaria severa mientras el conflicto se extiende y los mecanismos de adaptación se agotan. El FRC ya ha advertido que muchas otras áreas en todo Sudán siguen en peligro de padecer hambruna.   

Las restricciones al acceso humanitario, que incluyen impedimentos impuestos por las partes en el conflicto, han limitado severamente la capacidad de las organizaciones de ayuda para aumentar la asistencia y salvar vidas, en especial durante la actual temporada de lluvias. A pesar de estas restricciones, la OIM y sus asociados siguen respondiendo y han llegado a más de dos millones de personas con asistencia vital desde que el conflicto empezó. 

Es necesario contar cuanto antes con más fondos para poder aumentar la respuesta y llegar hasta quienes siguen necesitando alimentos, albergues, agua, servicios de salud y protección especializada. 

La hambruna es ya una realidad

A principios de mes, los expertos mundiales en seguridad alimentaria del Comité de Revisión de la Hambruna (FRC, por sus siglas en inglés) de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC, por sus siglas en inglés) informaron de condiciones de hambruna en partes del norte de Darfur, incluido el campo de Zamzam, cerca de la ciudad de Al Fasher.

Crisis en Sudán
© UNICEF/Mohammed Elibrahimi Isamaldeen Una niña recibe tratamiento en un hospital de Jartum, Sudán.

El campo alberga a medio millón de desplazados que se enfrentan a una escasez extrema de alimentos, que ha alimentado la malnutrición y la muerte. Otras 13 zonas están al borde de la hambruna.

Según la OIM, casi todos los desplazados internos de Sudán -el 97%- se encuentran en localidades con niveles agudos de inseguridad alimentaria o peores.

Desplazamiento sorprendente

Preocupantemente, los últimos datos de la OIM muestran que los desplazamientos siguen disparándose, con más de 10,7 millones de personas buscando seguridad dentro del país y muchos desplazados dos veces o más. Sólo los combates en el estado de Sennar desplazaron a más de 700.000 personas el mes pasado, de las cuales el 63% procedían de otros estados, la mayoría de Jartum.

Mohamed Refaat, jefe de la Misión de la OIM en Port Sudan, declaró a los periodistas en Ginebra que más de uno de cada tres desplazados internos de Sudán proceden de Jartum. «Casi toda la capital del país ha sido desplazada, así que imagínense la magnitud del desplazamiento», dijo.

Además, «el nivel de devastación provocada por la escalada de violencia en la ciudad de El Fasher es profunda y desgarradora», señalan los autores del informe del IPC, en medio de «enfrentamientos persistentes, intensos y generalizados [que] han obligado a muchos residentes a buscar refugio en campos de desplazados internos, donde se enfrentan a una cruda realidad: los servicios básicos son escasos o inexistentes, lo que agrava las dificultades del desplazamiento».

Citando los continuos obstáculos al acceso de la ayuda que han impedido a los trabajadores humanitarios de la ONU y a sus socios llegar a algunos de los civiles más vulnerables de Sudán, el funcionario de la OIM dijo que un gran número de civiles siguen «atrapados» en un «entorno de guerra muy hostil» y sin acceso a los servicios de atención sanitaria.

Muchos han tenido que recorrer a pie grandes distancias en un intento de conseguir alimentos en medio de precios «por las nubes». «Hay escasez de todo», explicó Refaat, destacando cómo las «milicias» también se han hecho con el control de varias localidades, restringiendo la circulación de los no combatientes.